Volvimos de Navidad, todos felices con nuestros juguetes. Aunque al principio alguno remoloneaba, después, al volver a ver a los amigos, los abrazos y los besos eran intensos y sinceros.
Al cabo de algunos días, por fin, llegó el invierno. Después de una pequeña nevada, la promesa de hacer un muñeco de nieve se hizo realidad. Uno pequeñito porque:
- " hay muy poca nieve"
-" la nieve está muy fría y se me enfrían las manos",
- " esto no es nieve, es hielo, está duro y es difícil de coger"
Al final quedamos todos encantados.