La semana pasada Esther tuvo un problema. Se le cayó un diente en el recreo y lo perdió. ¿cómo se enteraría el ratoncito Pérez de lo que había pasado? Entre todos decidimos que se le podía escribir una carta. La pensamos en la pizarra y la escribimos entre todos y después Esther lo hizo en un papel y se la llevó a casa para ponerla debajo de la almohada ( no la enviamos porque no sabemos su dirección). Al día siguiente le había dejado un regalito.
Nos hemos dado cuenta que cuando no podemos ponernos en contacto con alguien y no tenemos el teléfono, puede ser útil escribir una carta. Está claro que escribir es muy útil.
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